Una mirada feminista a la
crisis de Venezuela frente a la agresión internacional
Atendiendo a la profunda
convicción de Hugo Chávez, en cuanto a su condición de feminista, la crisis
política que vive Venezuela, frente a una brutal presión internacional, en
donde los medios juegan un papel fundamental, se impone el análisis desde la
óptica femenina, toda vez que la mujer ha jugado un papel fundamental en este
proceso desde la elección de Chávez en 1998.
Muchos analistas marcan la caída del Muro de
Berlín, en 1989, como un quiebre histórico, y una apertura en el pensamiento
universal en contraposición al pensamiento neoliberal como forma única del
pensamiento en el mundo globalizado, el cual se hizo aguas con el colapso
financiero de la bolsa de Nueva York y produjo un efecto dominó en todo el
orbe.
Pierde terreno
Dalia Correa, analista y docente universitaria,
refiere que ahora “vemos como el hegemón de los Estados Unidos y su pensamiento
único neoliberal pierde terreno, porque China emerge como una potencia económica
y además le pisa los talones a Estados Unidos en tecnológica. Ya el mundo no es
el que conocimos en el siglo pasado. Esta fiera
herida que es el imperio estadounidense, no se resigna a perder su
hegemonía y realmente vivimos tiempos bien complejos donde naciones como
Venezuela, con recursos naturales pródigos, se encuentran en la mira de gobiernos
como el de los Estados Unidos”
Hace veinte años, Venezuela decidió un rumbo
distinto al impuesto por los Estados Unidos. Efectivamente, el gobierno
liderado por Hugo Chávez en busca de un socialismo distinto, a pesar de los
desaciertos, ha caminado con sus propios pies, sin aceptar imposiciones, lo
cual ha tenido un costo, que ahora nos lleva a esta encrucijada, donde al
parecer, prevalecerá la inteligencia y el juego diplomático en las relaciones
multilaterales.
Disociación e insania mental
Para la investigadora, las graves ausencia de
políticas adecuadas en el país, hace que “tengamos grandes debilidades que permiten
a Estados Unidos, aliarse con países que por razones de carácter pragmático lo
acompañan en esta guerra, con un asedio permanente que ahoga al pueblo
venezolano, incluso llevándolo a niveles, quizás valen los términos disociación
o insania mental, de pedir una intervención militar, que no es la mayoría, por
cierto. Esta esquizofrenia imperial es acompañada también de lo que yo llamo “dictadura
mediática global” aliada circunstancial de Trump y los poderes imperiales
guerreristas que hacen bien difícil el diálogo y la convivencia pacífica entre
nuestro pueblo”.
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Piensa que el punto de partida fue la sentencia de
Obama de que Venezuela era una amenaza inusual y extraordinaria
-
Ese fue un decreto que marcó, de manera formal, el
intervencionismo que soterradamente siempre ha tratado de tener Estados Unidos con
respecto a Venezuela. Este decreto acelera esa posición injerencista que, con
la llegada de Donald Trump al poder, un supremacista blanco, empresario cuya
meta es hacer negocios, que detesta a las minorías y a los latinoamericanos,
declarado por el mismo Cohen quien fuera su abogado personal, se ha exacerbado.
Correa asegura que Trump redefinió el concepto
“patio trasero”, por lo que debe gobernar Venezuela mediante un gobierno leal a
los intereses estadounidenses (Guaidó, dixit); por otra parte, potencias como Rusia
y China, con intereses en la región, están haciendo el contrapeso y abiertamente
-al menos Rusia- ha amenazado militarmente a Estados Unidos si se atreve a una
intervención armada. Enfatiza que el resto de las naciones latinoamericanas que
acompañan a Trump en esta aventura belicista, lo hacen por razones pragmáticas,
donde no hay contenido, ni ideología humanitaria, pues son naciones incluso con
mayores niveles de pobreza y desigualdad que Venezuela.
La historia primero
La
docente universitaria, destaca que hablar del problema de Venezuela sin un
análisis histórico, no es posible comprenderlo. “Pero la mayoría de las
personas, sobre todo de la clase media, no le gusta la historia, por lo menos
la reciente. Luego de la caída de Pérez Jiménez, cuando comienza la
modernización del país con una copia del modelo capitalista mundial, que se
expresa en toda su dimensión con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez en
los años 70. Este modelo ya venía herido por su inestabilidad e insostenibilidad,
por lo que aparecen curvas, ondas, que hoy en día nos lleva a un imperio cada
vez más herido, cada vez más atrapado, que busca introducir su garra no
solamente en Venezuela, sino en todas las naciones con riquezas en su subsuelo”.
Correa
refiere que “estamos en la lucha de David contra Goliat, porque no solamente es
el imperio con los países que en la región y en Europa le hacen coro, sino con
todo ese andamiaje mediático que invisibiliza la fuerza interna que tiene el
pueblo venezolano, la fortaleza, la reciedumbre, la capacidad de resistir, incluso
aún de aquellos que no están con el proyecto bolivariano. Y aunque son pocas,
las personas que están de acuerdo con una intervención militar, creo que son las
mujeres venezolanas quienes principalmente en esta guerra hemos demostrado la
sensibilidad y la capacidad que tenemos para la resistencia. No por
equivocación nuestra historia está llena de heroínas como Luisa Cáceres de
Arismendi, Apacuana, Juana la Avanzadora y tantas otras como Columba Rivas, por
hablar de una reciente y de la cual nuestro frente universitario lleva su
nombre. Yo siento que vivimos una hora en la que no hay cabida para centros edulcorados,
es hora de los y las patriotas. Hora para el manejo diplomático, el diálogo, la
eficiencia y transparencia en el ejercicio del gobierno como ejes centrales,
allí el gobierno constitucional de Nicolás Maduro, acompañado del Poder
Popular, debe insistir. ¡No a la guerra!
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