domingo, 9 de junio de 2019

NO A LA GUERRA (05/03/19)


Una mirada feminista a la crisis de Venezuela frente a la agresión internacional

Atendiendo a la profunda convicción de Hugo Chávez, en cuanto a su condición de feminista, la crisis política que vive Venezuela, frente a una brutal presión internacional, en donde los medios juegan un papel fundamental, se impone el análisis desde la óptica femenina, toda vez que la mujer ha jugado un papel fundamental en este proceso desde la elección de Chávez en 1998.
Muchos analistas marcan la caída del Muro de Berlín, en 1989, como un quiebre histórico, y una apertura en el pensamiento universal en contraposición al pensamiento neoliberal como forma única del pensamiento en el mundo globalizado, el cual se hizo aguas con el colapso financiero de la bolsa de Nueva York y produjo un efecto dominó en todo el orbe.

Pierde terreno

Dalia Correa, analista y docente universitaria, refiere que ahora “vemos como el hegemón de los Estados Unidos y su pensamiento único neoliberal pierde terreno, porque China emerge como una potencia económica y además le pisa los talones a Estados Unidos en tecnológica. Ya el mundo no es el que conocimos en el siglo pasado. Esta fiera herida que es el imperio estadounidense, no se resigna a perder su hegemonía y realmente vivimos tiempos bien complejos donde naciones como Venezuela, con recursos naturales pródigos, se encuentran en la mira de gobiernos como el de los Estados Unidos”

Hace veinte años, Venezuela decidió un rumbo distinto al impuesto por los Estados Unidos. Efectivamente, el gobierno liderado por Hugo Chávez en busca de un socialismo distinto, a pesar de los desaciertos, ha caminado con sus propios pies, sin aceptar imposiciones, lo cual ha tenido un costo, que ahora nos lleva a esta encrucijada, donde al parecer, prevalecerá la inteligencia y el juego diplomático en las relaciones multilaterales.

Disociación e insania mental

Para la investigadora, las graves ausencia de políticas adecuadas en el país, hace que “tengamos grandes debilidades que permiten a Estados Unidos, aliarse con países que por razones de carácter pragmático lo acompañan en esta guerra, con un asedio permanente que ahoga al pueblo venezolano, incluso llevándolo a niveles, quizás valen los términos disociación o insania mental, de pedir una intervención militar, que no es la mayoría, por cierto. Esta esquizofrenia imperial es acompañada también de lo que yo llamo “dictadura mediática global” aliada circunstancial de Trump y los poderes imperiales guerreristas que hacen bien difícil el diálogo y la convivencia pacífica entre nuestro pueblo”.

-          Piensa que el punto de partida fue la sentencia de Obama de que Venezuela era una amenaza inusual y extraordinaria
-          Ese fue un decreto que marcó, de manera formal, el intervencionismo que soterradamente siempre ha tratado de tener Estados Unidos con respecto a Venezuela. Este decreto acelera esa posición injerencista que, con la llegada de Donald Trump al poder, un supremacista blanco, empresario cuya meta es hacer negocios, que detesta a las minorías y a los latinoamericanos, declarado por el mismo Cohen quien fuera su abogado personal, se ha exacerbado.

Correa asegura que Trump redefinió el concepto “patio trasero”, por lo que debe gobernar Venezuela mediante un gobierno leal a los intereses estadounidenses (Guaidó, dixit); por otra parte, potencias como Rusia y China, con intereses en la región, están haciendo el contrapeso y abiertamente -al menos Rusia- ha amenazado militarmente a Estados Unidos si se atreve a una intervención armada. Enfatiza que el resto de las naciones latinoamericanas que acompañan a Trump en esta aventura belicista, lo hacen por razones pragmáticas, donde no hay contenido, ni ideología humanitaria, pues son naciones incluso con mayores niveles de pobreza y desigualdad que Venezuela.

La historia primero

La docente universitaria, destaca que hablar del problema de Venezuela sin un análisis histórico, no es posible comprenderlo. “Pero la mayoría de las personas, sobre todo de la clase media, no le gusta la historia, por lo menos la reciente. Luego de la caída de Pérez Jiménez, cuando comienza la modernización del país con una copia del modelo capitalista mundial, que se expresa en toda su dimensión con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez en los años 70. Este modelo ya venía herido por su inestabilidad e insostenibilidad, por lo que aparecen curvas, ondas, que hoy en día nos lleva a un imperio cada vez más herido, cada vez más atrapado, que busca introducir su garra no solamente en Venezuela, sino en todas las naciones con riquezas en su subsuelo”.

Correa refiere que “estamos en la lucha de David contra Goliat, porque no solamente es el imperio con los países que en la región y en Europa le hacen coro, sino con todo ese andamiaje mediático que invisibiliza la fuerza interna que tiene el pueblo venezolano, la fortaleza, la reciedumbre, la capacidad de resistir, incluso aún de aquellos que no están con el proyecto bolivariano. Y aunque son pocas, las personas que están de acuerdo con una intervención militar, creo que son las mujeres venezolanas quienes principalmente en esta guerra hemos demostrado la sensibilidad y la capacidad que tenemos para la resistencia. No por equivocación nuestra historia está llena de heroínas como Luisa Cáceres de Arismendi, Apacuana, Juana la Avanzadora y tantas otras como Columba Rivas, por hablar de una reciente y de la cual nuestro frente universitario lleva su nombre. Yo siento que vivimos una hora en la que no hay cabida para centros edulcorados, es hora de los y las patriotas. Hora para el manejo diplomático, el diálogo, la eficiencia y transparencia en el ejercicio del gobierno como ejes centrales, allí el gobierno constitucional de Nicolás Maduro, acompañado del Poder Popular, debe insistir. ¡No a la guerra!

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